-Tu mente puede hacer que las palabras pierdan su significado si las repites muchas veces…

La “saciedad semántica” se refiere al fenómeno que ocurre cuando repites tantas veces una palabra, que ésta empieza a sonar como algo sin sentido. Este concepto se empezó a estudiar desde 1919, año en que se publicó un artículo sobre un estudio en el cual trataron de determinar el número de veces que se debía repetir una palabra monosilábica para que ésta perdiera su significado. Has la prueba tu mismo.

-Tu mente hace que te sea más difícil identificar tus propios errores tipográficos…

Cuando lees, tu cerebro no se concentra en cada letra sino más bien en las palabras completas como una unidad. Por esta razón, usualmente puedes leer palabras a pesar de que únicamente la primera y la última letra estén en orden, "cmoo etass". Esto permite que tu lectura sea mucho más rápida; sin embargo, un defecto de este proceso es que siempre se te hará más difícil encontrar los errores tipográficos en cualquier cosa que hayas escrito, puesto que ya estás familiarizado con eso que redactaste.

-Tu mente te puede hacer recordar cosas que en realidad nunca pasaron…

Implantar “recuerdos falsos” es sorprendentemente fácil de hacer. En un estudio sencillo de laboratorio, algunos psicólogos le dieron a los sujetos una lista de palabras relacionadas con el sueño (cama, descanso, despierto, entre otras), pero nunca incluyeron la palabra “sueño” en sí. Luego, cuando se les pidió recordar la lista, los participantes aseguraban recordar que la palabra “sueño” estaba en la lista y la nombraron con la misma frecuencia que el resto de palabras que realmente estaban en la lista.

Debido a este fenómeno, es muy fácil que los testigos de los casos de crímenes recuerden cosas que en realidad nunca pasaron. Pero los autores del estudio de las “palabras del sueño” indican que las “memorias falsas” son parte de la razón por la que los humanos son astutos: “El hecho de que ese tipo de inferencias puede hacer que uno se desvíe de la realidad… es un precio bajo a cambio de la creatividad de la mente humana”.

Existe algo llamado el efecto Forer, el cual recibe su nombre del psicólogo que lo descubrió.

Bertram Forer le dijo a sus alumnos que les daría a cada uno una descripción de ellos mismos para que la pudieran leer y evaluar. En promedio, los alumnos le dieron a la precisión de la descripción una puntuación de 4.26 sobre 5. Luego —para sorpresa de todos— les dijo que todas las descripciones eran exactamente iguales.

Las descripciones decían algo como: “Tienes una gran necesidad de que las otras personas te quieran y te admiren (…) Aunque tienes algunas debilidades de personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas”, lo cual, si te pones a pensar, se podría aplicar a la mayoría de las personas pero suena lo suficientemente específico y personal. Estas descripciones básicamente nos enseñan cómo los horóscopos pueden sonar alarmantemente precisos para muchas personas.

De acuerdo a Vicky Williamson, una psicóloga musical entrevistada por BBC, cualquier cosa que vaya desde la exposición repetitiva a una canción hasta el hecho de que una persona, situación o sentimiento sirva como desencadenante del recuerdo de esa canción, puede causar que esa canción quede alojada en tu cabeza.

Williamson y sus colegas han encontrado que la mayoría de las personas simplemente aceptan sus “sonsonetes”. Sin embargo, algunas personas optan por escuchar la canción completa o escuchar otras cosas para intentar quitarse la canción de la cabeza. De hecho, los investigadores encontraron que algunas personas han identificado ciertas canciones específicas (uno de los participantes las llama “canciones de limpieza”), las cuales sirven para curar los sonsonetes, pero tienen la cualidad de que no se quedan pegadas en la cabeza.